domingo, 14 de febrero de 2016

Tercera semana

No lo parece realmente, pero ya ha pasado algo más de dos semanas, y me gusta esto la gente es muy buena y, aunque todos digan que como la nieve se fue ahora todo se ve muy feo, a mí no me lo parece, bueno me gustaría ver un poco más al sol jajajaja, pero le encuentro su encanto a este paisaje. A lo mejor es simplemente porque, como dicen, queremos lo que no tenemos, pero no creo que sea eso, simplemente me parece bonito.
Esta semana la verdad no ha sido ni será la mejor semana que pase aquí, ya que por desgracia me puse bastante mala. Toda mi familia, menos mi hermano alemán (cosa que me parece increíble), nos cogimos un catarro un poco chungo. 
El lunes y el martes fueron días normales de clase. Con sus partes divertidas y otras que no lo fueron tanto, pero me gusta el instituto aquí, es diferente, en muchos sentidos. El sistema de horarios no tiene nada que ver, en España las clases duran 55 min y en cambio aquí una clase es 1h y media, eso sí después de cada clase tienen una pausa de 20 min, a diferencia de nosotros que tenemos solo una de 30 min en la mitad del día.
El miércoles había solo una asignatura y después era la recogida de notas, ya que los alemanes separan el curso en dos en vez de en tres como los españoles. Pero yo me encontraba realmente mal, así que mi madre alemana, Conny, me dijo que sería mejor para mí quedarme ese día en casa. Por la tarde se suponía que iba a tener mi primer día de clases de baile, ya que Conny me buscó un sitio donde ir a recibir clases, porque yo le comenté que era bailarina y que me gustaría ir a alguna clase. Pero me pasé todo el día en la cama, durmiendo, porque me encontraba fatal. 
El resto de la semana fue igual, el jueves y el viernes no había clases así que estuve varios días en la camita, viendo películas con mi familia y durmiendo.
El domingo vino Lucía a casa y junto con Swanny hicimos para cenar una tortilla de papas.
Esta ha sido mi semana no suena muy divertido lo sé, pero necesitaba un tiempo para mejorarme, por suerte tengo una familia realmente genial. Mientras estuve mala, y aunque ellos también lo estaban, me cuidaron muchísimo y estoy muy agradecida con ellos, me siento muy afortunada y es genial poder hablar con ellos y ver como me tratan.
Creo que ya me siento realmente en casa y es genial.

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